Historia del despoblado de Obétago.





     Camino de Maranchón a Medinaceli siguiendo la carretera SO-411, un kilómetro y medio antes de llegar al pueblo soriano de Layna, llama la atención a la derecha, sobre un pequeño cerro rocoso, las ruinas de lo que en el pasado fue el pueblo de Obétago. Hoy tan sólo queda como recuerdo en pie y a duras penas la espadaña y pared de su vieja iglesia parroquial, rodeada por las piedras esparcidas de los muros derruidos de sus casas y corrales.

     El lugar de Obétago, como muchas otras poblaciones de nuestra zona, ya aparece documentalmente citado en 1197 en el "Documento de Concordia"(1) firmado entre el obispo seguntino D. Rodrigo y los clérigos de las aldeas del Arciprestazgo de Medinaceli, poniendo fin a una larga y tensa disputa mantenida entre ambas partes. Fechado el 4 de noviembre, inserto entre los epígrafes de Clares y Ures, el cura de “Ovetago” se sumaba con esta fórmula a la concordia: “Ego Guilelmus sacerdos de ovetago... concedo” (“Yo Guillermo, sacerdote de Obétago, concedo”).

     Desconocemos la población que pudiera tener entonces, aunque probablemente sería escasa dado el pequeño tamaño que en general tenían las aldeas en aquella época. El hecho de poseer la categoría de parroquia podría aventurar a darnos una cifra en torno a los 10 vecinos(2).

   La siguiente referencia documental a Obétago corresponde al año 1353 en la “Estadística de Parroquias” ordenada realizar por el entonces Obispo de Sigüenza, D. Pedro Gómez Barroso, a requerimiento del entonces rey de Castilla Pedro I. El objetivo último era conocer las rentas eclesiásticas para poder determinar la parte correspondiente a la Hacienda Real y obtener así los ingresos necesarios para financiar su reinado.

Vista aéra (google maps)

     En esta Estadística, recogida por Minguella(3) en su “Historia de la Diócesis de Sigüenza y sus Obispos”, aparece la aldea con la denominación de “Ovetago”, incluida en el Arciprestazgo de Medinaceli. La transcripción literal dice así: “E en las eglesias de Maranchon e Ovetago son dos beneficios el uno es curado vale de renta 280 mrs.et el otro beneficio prestamo es ala eglesia de maranchon e riende 180 mrs.”. Su traducción al castellano actual sería como sigue: “Las iglesias de Maranchón y Obétago son dos beneficios: el uno (Maranchón) es el curato (parroquia) y rinde 280 maravedís; el otro beneficio (Obétago) es préstamo y rinde a la iglesia de Maranchón 180 maravedis”. El texto deja claro que a mitad del siglo XIV, la parroquia de Obétago era dependiente de la de Maranchón, de manera similar a lo que ocurría con Clares, cuya iglesia fue anexa al curato de Balbacil hasta inicios del siglo XIX, cuando se independizó como parroquia propia. Así pues, la iglesia de Obétago estaría regentada por un cura teniente que residiría de manera más o menos permanente en la población, siendo designado por el cura propio de la iglesia de Maranchón, al menos hasta 1753. La población estimada de Obétago por aquel entonces rondaría los 18 vecinos aproximadamente...


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Comentarios

  1. De allí son algunos de mis ancestros que finalmente acabaron en Layna. Alguna tierra conservo en Obétago y un apellido también, último vestigio de aquellas gentes que allí vivieron.
    Gracias por tan magnífica entrada.

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  2. Gracias a tí y enhorabuena por lograr que se vayan a consolidar las ruinas de Obétago.

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