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Mostrando entradas de abril, 2020

Viajeros ilustres por el "Camino Real de Aragón" en el tramo Alcolea del Pinar - Embid . (4ª y última parte)

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Carroza de la Corona Real. Colección de Fernando VII. En la última parte de este trabajo conoceremos a los últimos viajeros ilustres  que transitaron por el viejo Camino Real de Aragón,  desde 1761  hasta aproximadamente mediados de siglo XIX. A partir de 1830 empezaría a utilizarse como vía principal entre Madrid y Zaragoza la nueva carretera que desde Alcolea se dirigiría hacia Medinaceli continuando por el valle del Jalón, abandonándose progresivamente el itinerario por Maranchón, Tortuera y Daroca.  22.- Clemente Antonio de Baena, 1761  Solo un año después del paso de Baretti, Clemente Antonio de Baena , capellán de la iglesia de Santa María de la Asunción de Arcos de la Frontera, pasaría por nuestros pueblos en su camino hacia Roma.  Nacido en el propio Arcos hacia 1720 en el seno de una noble familia, Baena estudiaría latín, artes y Teología en Sevilla.  El motivo que lo llevaría á Roma, sería la comisión recibida de sus compañeros los curas, beneficiados y

Apéndice: Fotos por satélite del "Camino Real de Aragón" hoy.

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Tramo Alcolea del Pinar - Embid. En AZUL : tramos transitables hoy. En ROJO : tramos desaparecidos o poco reconocibles. Para ampliar las fotos haz doble clic sobre ellas.

Viajeros ilustres por el "Camino Real de Aragón" en el tramo Alcolea del Pinar - Embid . (3ª parte)

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Coche de cifras de la reina María Luisa de Parma (1751-1819) En la tercera parte de este trabajo, conoceremos a alguno de los viajeros ilustres que durante la primera parte del siglo XVIII viajaron a través del Camino Real de Aragón. 12.- Felipe V, 1701  Tras el fallecimiento de Carlos II sin descendencia, de la mano de Felipe V una nueva dinastía, los Borbón, se asentaría en el trono español.  En septiembre de 1701, el nuevo rey junto a todo su séquito tomaría rumbo a Barcelona desde Madrid para recibir a su prima de 13 años María Luisa Gabriela de Saboya, casándose con ella el 2 de noviembre en Figueras. Para comodidad de la futura reina se prepararía “una Carroza tallada y dorada, guarnecida por dentro de tela encarnada de plata y oro de montería, y por afuera de terciopelo carmesi, gayado de galones de oro y plata, con huecos de lo mismo” . Felipe V (1683-1746) De este viaje dejaría constancia en un diario  [1]   Antonio Ubilla y Medina , Marqués d

Viajeros ilustres por el "Camino Real de Aragón" en el tramo Alcolea del Pinar - Embid . (2ª parte)

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Carroza de Felipe III. Continuando el repaso a los viajeros ilustres que transitaron por el Camino Real en el tramo Alcolea del Pinar - Embid, proseguimos  cronológicamente con  nuestro relato: 3.- João Baptista Lavanha, 1610  El protagonista de un nuevo viaje realizado en 1610 por Camino Real de Aragón sería el portugués João Baptista Lavanha , nacido en Lisboa sobre 1550 en el seno de una familia hidalga de origen judío. Tras estudiar en Roma y Portugal, con la llegada al trono español de Felipe II entraría a su servicio en 1582 como profesor de Cosmografía y Matemáticas en la corte y Academia de Madrid. En 1587 sería nombrado ingeniero real y en 1596 cosmógrafo mayor.  Su labor científica sería muy intensa, realizando numerosos viaje: Flandes, Aragón, Italia, Portugal… que recogería en sus numerosas obras y mapas.  En 1610 recibiría el encargo de la Diputación del Reino de Aragón de levantar un mapa del reino, en cuya toma de datos trabajaría hasta abri

Viajeros ilustres por el "Camino Real de Aragón" en el tramo Alcolea del Pinar - Embid . (1ª parte)

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I.- INTRODUCCIÓN  Durante tres siglos, del XVI al XIX, el llamado Camino Real de Aragón fue una de las más importantes vías de comunicación españolas, ya que uniría la capital de España con Zaragoza y Barcelona, tres de las más importantes ciudades peninsulares de la época.  Carroza de la reina Mariana de Austria, esposa de Felipe IV. En este tiempo, numerosos viajeros de todas las clases y condiciones se desplazarían por él, dejándose literalmente muchas veces la piel en el camino: plebeyos, mercaderes, soldados, diplomáticos, princesas, reyes… e incluso futuros papas. Un viaje que para nada resultaría cómodo en la mayoría de las ocasiones. A la propia dureza del camino, casi siempre en no muy buenas condiciones, se unirían unas posadas y alojamientos de dudosa salubridad y peor comida, el riesgo a sufrir los asaltos de bandoleros desalmados a los que poco importaba la vida ajena con tal de sacarse unos cuartos, o las duras inclemencias climáticas que debían soportar