Historia de la Escuela de Clares y sus Maestros

SEGUNDA PARTE: de 1921 a 1969

Continuando la historia de la educación en Clares y los maestros que ejercieron en su escuela, recorreremos en esta segunda parte el siglo XX desde los años veinte hasta 1969, cuando definitivamente sería clausurada.

1.- La construcción de la nueva escuela de Clares

Llegados a este punto en nuestro relato nos detendremos un momento para tratar de aclarar en lo posible el asunto de la edificación la nueva escuela de Clares por aquellos años, dando primero un breve repaso a la legislación y procedimientos vigentes en la construcción de nuevos edificios escolares en España.

En la Gaceta de Instrucción Pública de 18 y 24 de mayo de 1905 se publicaría un Real Decreto con el que se trataría de atajar el: “espectáculo de penuria y viciosa desorganización en que se encuentran los locales destinados a la instrucción educativa de los niños de la mayoría de los municipios españoles”.

En esta norma se dispondría que la construcción, conservación y custodia de los edificios destinados a escuelas públicas quedarían a cargo de los respectivos ayuntamientos. Anualmente se asignaría de los presupuestos generales del Estado al menos un millón de pesetas con destino a facilitar subvenciones a aquellos ayuntamientos necesitados de nuevas escuelas que carecieran de medios suficientes para su construcción. En aquellos pueblos sin escuela y menores de 500 habitantes el Estado las construiría directamente, con una subvención de hasta el 75% de las obras, aportando el pueblo el otro 25%, el solar para la construcción y posteriormente el mobiliario y material escolar.

En cuanto a las condiciones que deberían cumplir las nuevas escuelas edificadas se marcaba que tendrían que construirse en un solar llano, seco, bien soleado, de fácil acceso y aislado de otras edificaciones, siendo el mejor emplazamiento en pleno campo aunque estuviera algo alejado de la población. 

El tamaño del edificio debería estar en relación con el número de alumnos, siendo de sólida construcción y de sencillo y elegante aspecto, con unos muros de grosor no inferiores a 35 centímetros. Rodeándolo debería tener una extensión de 3 a 4 metros cuadrados por alumno para jardín con árboles o patio. La distribución interna ideal debería constar de un vestíbulo, un cuarto destinado a guardarropa, un despacho para el maestro, las aulas necesarias con asientos de madera elevables, así como un retrete por cada 20 alumnos y un urinario por cada 15...

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"Memoria de una tierra dormida"
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