Apuntes aeronáuticos históricos de Maranchón






Si nos dijeran que el desarrollo de la aeronáutica en España en sus inicios guarda relación con la villa de Maranchón, podríamos pensar que se trata de una afirmación exagerada. Sin embargo, este vínculo con Maranchón desde los primeros vuelos experimentales a comienzos del siglo XX y hasta finales de los años 40 es un hecho documentado, tal y como pretendemos exponer en este artículo. 

Remontándonos a 1896, fruto de los avances técnicos, tanto extranjeros como nacionales obtenidos en el rápido desarrollo de la aeronáutica desde las décadas anteriores, que abría un amplio campo a sus aplicaciones tanto en el ámbito civil como militar, el Gobierno español promulgaría el 17 de diciembre una Ley por la que se creaba el Servicio de Aerostación Militar, estableciendo sus instalaciones en Guadalajara bajo el mando del Comandante de Ingenieros Pedro Vives y Vich (1). Como veremos, la elección de Guadalajara como centro de operaciones aerostáticas del ejército sería una de las claves, junto con otras, para la posterior ubicación en Maranchón de una instalación fija para auxilio y apoyo a la navegación aérea, que perduraría operativa hasta mediados del pasado siglo. 

La primera referencia documentada que hemos encontrado relacionada con la incipiente aventura aeronáutica y Maranchón data nada menos que de 1907, aunque sea esta por motivos casuales. Se enmarcaría dentro de una serie de prácticas de aerostación previas a unas maniobras militares en Galicia, en las que participarían la Compañía de Aerostación y el Tren de Alumbrado, con base en Guadalajara. Al mando de estos ejercicios, desarrollados durante varios días consecutivos, se encontrarían el comandante Fernández Aceituno (2), el capitán Mendicuti y los tenientes Fernández-Mulero, Balseyro y Jiménez, además de los oficiales agregados en prácticas.

La jornada inicial sería el día 28 de agosto, con salida del Parque de Aerostación de Guadalajara y llegada a Brihuega. Aquí, durante el siguiente día, se procedería a la inflación del globo-cometa tipo “Siegfeld” y a la realización de varias ascensiones cautivas (3) recorriendo la cuenca del Tajuña. 

El día 30 el globo sería remolcado hasta la ermita de la Virgen del Peral, próxima a Budia, donde se pasaría la noche. Al día siguiente el gas del globo-cometa sería traspasado al globo esférico “Urano”, para salir tripulado por el teniente Fernández-Mulero (4) como piloto y el teniente Jiménez como ayudante. El viaje se iniciaría a las nueve y treinta, tomando dirección noreste siguiendo la cuenca del Tajuña. La travesía discurriría de la siguiente manera (5): 

“El día que al amanecer tenía los horizontes brumosos, se fue cubriendo poco a poco y tomando cada vez más aspecto de tormenta. Esto hizo que el viaje fuera muy desequilibrado y contra lo que se esperaba, pues el mucho lastre de salida les hacía confiar en un largo viaje, solo pudieron estar en el aire unas tres horas, precipitando la maniobra de tomar tierra la presencia de una parte de tormenta, al llegar a la altura de Maranchón y cuando atravesaron la sierra de la Cruz de Hierro, que forma parte de la vertiente S. de Sierra Ministra. 



Se efectuó el descenso en plena sierra y en un lugar llamado el Sabinar a unos 6 kilómetros al O. de Maranchón. El descenso fue un poco movido, pues a causa del mucho viento, hubo que rasgar alto, dando un fuerte porrazo con abatimiento de la barquilla. A consecuencia de esto, el teniente Jiménez, sufrió ligeras erosiones y magullamientos. 



En los primeros momentos, no acudió nadie en nuestro auxilio siendo necesario que el teniente Fernández Mulero se trasladase a Maranchón, con objeto de reclamar los elementos necesarios. 


Allí encontró todo género de facilidades por parte de las autoridades, pues tanto el alcalde D. León García, como el secretario D. Juan Miguel Oter y los vecinos D. Fermín Martínez, don Antonio Castellote y el Sr. Rúo, se multiplicaron para reunir carro, mulas y hombres necesarios de su propiedad particular para recoger y cargar el material, trasladándose dichas autoridades al sitio del descenso, no obstante lo malo del camino que a él conducía. 

Todo lo anterior habla muy bien del carácter hospitalario que siempre demostró el pueblo de Maranchón”.

La distancia total recorrida por el globo sería de unos 80 kilómetros, alcanzando una altura máxima de 3000 metros a su paso por Luzón. 

Globo-cometa en el Parque de Aerostación de Guadalajara

Tras este accidentado vuelo, la siguiente noticia aerostática (6) de la que da cuenta la prensa del momento en la que aparece Maranchón será del 12 de febrero de 1913, referente al sábado anterior, día 8. Esa fecha, también desde el Parque Aerostático de Guadalajara, saldría en ascensión libre el globo esférico “Saturno” tripulado por el teniente Arenas, como piloto, y el comandante Cué y el teniente Cervera como acompañantes, en dirección a Sigüenza. Tras sobrevolar esta ciudad pondrían rumbo hacia Maranchón, donde aterrizarían en sus inmediaciones al anochecer. 

Tras pernoctar los navegantes en el pueblo, al día siguiente el globo proseguiría el vuelo en dirección a Chinchón, donde finalmente “tomaron tierra los intrépidos aerosteros después de un viaje felicísimo”

Tal vez el descenso de este globo en Maranchón ya se produjera en los terrenos que años después conformarían el llamado Campo de Aviación”. Sin embargo desconocemos si ya por estos años la villa dispondría de unas instalaciones fijas básicas, habilitadas para el aterrizaje y despegue de globos aerostáticos y de los primeros aeroplanos, o más bien como creemos, estas maniobras se realizarían sobre cualquier terreno más o menos llano y despejado cercano al casco urbano. 

La aparición de los aeroplanos había llevado al Servicio de Aerostación a crear en marzo de 1911, todavía bajo el mando del coronel Vives, un Laboratorio Aerodinámico en la localidad madrileña de Cuatro Vientos con el fin de evaluar los tipos de aeroplanos e integrarlos en las necesidades militares españolas. En 1913 se crearía, a cargo de la Sección de Ingenieros del Ejército, el “Servicio de Aeronáutica Militar”, con dos ramas bien definidas: la “Aerostación”, encargada de los globos, dirigibles y cometas, y la “Aviación” propiamente dicha. Estos ajustes organizativos, junto con el rápido desarrollo y las mayores prestaciones logradas por los aviones, provocarían que progresivamente pero de forma inexorable el Parque Aerostático de Guadalajara perdiera protagonismo en el aún incipiente mundo aeronáutico. Aún así, el Servicio de Aerostación perduraría hasta 1936, cuando sería disuelta definitivamente la unidad. 

Es de suponer que durante los años siguientes a la llegada del “Saturno” el número de globos aerostáticos y sobre todo de aeroplanos que tomarían tierra en Maranchón iría incrementándose progresivamente. Aunque también habría que señalar que en algún caso estos aterrizajes programados, como el previsto para el 29 de julio de 1919, a pesar de notificarse al ayuntamiento mediante telegrama y organizar éste un fastuoso recibimiento a los “hombres-pájaro” en el Alto Llano con la asistencia de todo el pueblo, con música y banquete incluido, nunca llegaría a producirse, siendo finalmente una broma de mal gusto provocada desde San Sebastián por algún gracioso a quien no debía caer muy bien los maranchoneros (7). 

Dejando aparte esta anécdota, la verdadera puesta del largo de Maranchón en el ámbito aéreo español tendría lugar en los primeros días del mes de mayo de 1928. Es entonces (desconocemos el día exacto) cuando sería inaugurado oficialmente el campo de aterrizaje o aeródromo de Maranchón, si bien su proyecto existía al menos desde 1922 (8). La noticia que da cuenta...

(continúa)

Artículos como éste y muchos más en el libro 

"Memoria de una tierra dormida" 
disponible en 



©2017. Antonio Bueno Tabernero 


Artículo registrado en el Registro de Propiedad Intelectual de Safe Creative con código 1710284665961


Comentarios

Entradas populares de este blog

Historia del despoblado de Obétago.

El largo pleito entre la Marquesa de Cogolludo y el Duque de Medinaceli y sus consecuencias en la "Cuadrilla de la Sierra Alta" del Ducado. 1538-1595

Año 1452: toma de Villarroya por el Conde de Medinaceli y venganza sobre nuestras aldeas.