La visita de Manuel Fraga Iribarne a Ciruelos del Pinar en 1976


A continuación reproducimos otro capítulo de mi último libro "Memoria de una tierra dormida", esta vez dedicado al viaje oficial que el político conservador D. Manuel Fraga hizo a Ciruelos del Pinar.

Fraga en el balcón del ayto. de Ciruelos.






El sábado viene Fraga a Ciruelos 



“Para las seis de la tarde del próximo sábado, día 22, es esperado en Ciruelos del Pinar el vicepresidente primero del gobierno para cuestiones de Interior y ministro de la Gobernación, don Manuel Fraga Iribarne. 

Razón de su visita es la inauguración del Centro de Higiene Rural construido recientemente en aquel pueblo”. 


Así anunciaba el 18 de mayo de 1976 el semanario alcarreño Flores y Abejas, la inminente visita de don Manuel Fraga Iribarne a la pequeña localidad de Ciruelos del Pinar. 

Fraga [1], tras la muerte de Franco en noviembre de 1975, había sido nombrado ministro ese mismo mes formando parte del primer gobierno monárquico presidido por Carlos Arias Navarro. Su plan de trasformación del régimen franquista se basaba en alcanzar la democracia a partir de un proceso gradual y controlado desde el poder, sin ruptura, con cambios paulatinos de las “leyes fundamentales” franquistas. 

Acuciado por los numerosos problemas políticos y sociales internos del momento a los que hacer frente, con manifestaciones, huelgas y la formidable presión popular, Fraga se trasladaba hasta Ciruelos del Pinar para inaugurar su recién construido consultorio médico, publicitar y explicar a la ciudadanía española las bondades del nuevo proyecto sanitario ideado por el gobierno y de paso, manifestar su supuesto interés por el desarrollo del abandonado mundo rural. El por qué fue elegido Ciruelos para ello lo desconocemos, aunque seguramente influyó su buena comunicación con la capital, lo que hacía bastante cómodo un viaje rápido “de ida y vuelta” del señor ministro. 

Don Manuel Fraga llegaba a Ciruelos no a las seis de la tarde como estaba anunciado, sino poco antes de las ocho, puesto que había partido de Guadalajara a las seis y media acompañado por el director General de Sanidad, don Federico Bravo Morate, y el Gobernador Civil de Guadalajara, don Pedro Zaragoza Orts [2]. En Ciruelos le esperaban, aparte de la Corporación Local, el Gobernador Civil de Teruel acompañado por el grupo de jotas de Educación y Descanso de esa ciudad, y por supuesto todos sus vecinos, “que portaban pancartas alusivas a la presencia del ministro y a la simpatía con que allí cuenta”

Tras el recibimiento, el ministro visitaría los nuevos chalés construidos a la salida de la población en la carretera hacia Riba de Saelices, para después llegar hasta el nuevo “centro rural de Higiene, dotado con abundante y moderno material”, que sería bendecido e inaugurado por el obispo de Sigüenza, don Laureano Castán Lacoma

Trasladados al ayuntamiento, desde su balcón principal “adornado con tapices y banderas”, tomaría la palabra el secretario del Ayuntamiento, don Samuel Rubio [3], quien en nombre de la Corporación, Alcalde y vecindario de Ciruelos daría las gracias por su visita a don Manuel Fraga. Seguidamente, sería el gobernador Civil el que haciendo “un bellísimo y apasionado canto a las tierras de Guadalajara y a las lealtades de los alcarreños; esbozó la esperanza que Guadalajara tiene puesta en la planificación entregada al señor ministro, y rubricó la política que éste viene preconizando de evolución sin ruptura y apertura sin trauma”. A continuación, gracias a un equipo de megafonía instalado y ante las cámaras de Televisión Española y micrófonos de Radio Nacional, el Sr. Fraga se dispondría a pronunciar “un importante discurso” ayudado de varios folios escritos. Así narraba su inicio el Semanario Flores y Abejas [4]

“Después de proclamar su origen rural, afirmó que en los pueblos se asienta la auténtica raíz de los valores espirituales, la auténtica verdad, y que no era justa la discriminación y privilegios de que gozan las ciudades frente a aquéllos y que había que revertir las comodidades que les faltan, apoyándose, sobre todo, en la potenciación de las cabeceras de comarca”. 


Acompañado por las autoridades en su recorrido por las calles de Ciruelos.

Entrando en materia sanitaria, Fraga hablaría del derecho de todos los ciudadanos a disfrutar de unos servicios sanitarios iguales, con independencia del lugar de residencia, así como del acuciante problema que ya existía entonces para poder cubrir las plazas de médicos rurales. Desde el ministerio se proponía implantar una nueva estructura sanitaria que tuviese como primer escalón y pilar fundamental al médico rural, con una buena red hospitalaria y otra de alta especialización y tratamiento, completado todo ello con una amplia dotación de ambulancias y la adecuada comunicación telefónica. El objetivo que lanzaría y sería el titular de los periódicos: “Hay que disponer de un centro comunitario de salud para cada 10.000 a 20.000 habitantes”

Concluiría el discurso “refiriéndose al mensaje del Rey y a la cordial relación que debe existir en todo momento entre el Monarca, el Gobierno y el Pueblo, para alcanzar la confiada fraternidad que nos traiga una España más justa. Acabó con encendidos vítores al Rey y a España, contestados entusiásticamente por todos los asistentes, que dispensaron al señor ministro una larga salva de aplausos”

Acabado el discurso y los aplausos, el grupo de jotas de Educación y Descanso de Teruel ofrecería a todos los presentes un recital de jotas y danzas, “destacando la actuación de sus cantantes Marcelino y Felisa, de Monreal, Jesús Esteban, de Torrijos del Campo y Vicente “el Panoyo”, de Andorra”

Ya en los salones del Ayuntamiento, sería servido un vino de honor a las autoridades, entregándose al Sr. ministro don Manuel Fraga un “bellísimo cuadro del pintor Raúl Santos [5] como recuerdo de su visita a Ciruelos del Pinar. 

Finalizados los actos, la comitiva ministerial regresaría a Madrid. 

La repercusión en la prensa nacional de la visita del Sr. Ministro don Manuel Fraga Iribarne a Ciruelos del Pinar aquel 22 de junio de 1976 fue enorme. De una manera casi impensable, el pequeño pueblo se hizo popular gracias a su aparición en las portadas de los principales periódicos durante los días y semanas siguientes, generando la curiosidad de aquellos, la inmensa mayoría, que no habían oído hablar nunca de él. 

Un reportaje, publicado como secuela de la visita de Fraga a Ciruelos del Pinar, sería publicado en el periódico ABC el 6 de julio, dándose en él una visión casi idílica del pueblo. Por su curiosidad, no podemos dejar de transcribirlo a continuación:


Altavoz de las Regiones 

GUADALAJARA: CIRUELOS DEL PINAR, UN PUEBLO MODELO EN ORGANIZACIÓN Y BIENESTAR

“Guadalajara, 5. (De nuestro corresponsal). Ciruelos del Pinar, aldea molinesa de 170 habitantes ha sido recientemente altavoz de un plan del Gobierno para solucionar los acuciantes problemas de la Medicina rural. Don Manuel Fraga Iribarne pronunció un importante discurso que llevó el para nosotros entrañable nombre de Ciruelos a toda la prensa nacional. A la difusión de su nombre queremos sumarnos con esta crónica, porque en verdad que este pueblo merece ser visitado. En medio de la paramera de Maranchón, a más de 1.200 metros de altitud, aparece el pueblo como un nacimiento. Debajo, la amena vega; a media ladera, el caserío perfectamente urbanizado y con vivos tejados rojos; encima, una espléndida pradera con un grupo de bellos chalés; a la derecha, más praderas de fresquísima hierba, y, finalmente, pinos y más pinos a derecha e izquierda y por arriba cerrando el paisaje como una corona forestal. En Ciruelos hay pinos por todas partes. Trepan por las laderas, se aproximan en atrevidas guerrillas al pueblo, cubren las vaguadas, y si se asoma uno, por ejemplo, al mirador de la Peña de la Guarnición los verá en cerrada formación extenderse por el horizonte, saltar el valle del Ablanquejo, franquear el foso del Tajo, poblar a lo lejos la meseta de Villanueva de Alcorón y perderse en la bruma de la Serranía de Cuenca, más allá del Guadiela. 

Ciruelos del Pinar se halla en la cabecera del Tajuña. Posee una nutrida colonia veraniega atraída por quince chalés ocupados y otros veinte en proyecto. Tiene repetidor de televisión y sus vecinos no pagan impuestos municipales, ni luz, ni agua, ni otros servicios. Y todo ello gracias a su espléndida riqueza pinariega y a su buena administración. Otra cosa sería la provincia si todos sus pueblos fueran como Ciruelos del Pinar. Pero la imprevisión de anteriores generaciones desarraigó extensos bosques y convirtió el monte en erial”. 



©2019. Antonio Bueno Tabernero 





[1] Con una dilatada trayectoria política iniciada durante el franquismo, había ocupado ya durante la dictadura la cartera de Información y Turismo entre 1962 y 1969 y el cargo de embajador en Reino Unido entre 1973 y 1975.Tras ser destituido como ministro de la Gobernación el 1 de julio de 1976, durante los dos años siguientes colaboraría en la redacción de la actual Constitución Española aprobada en referéndum en 1978. Fundador de Alianza Popular, más tarde transformada en el Partido Popular, presidiría la comunidad Autónoma de Galicia durante quince años, entre 1990 y 2005. Fallecería en Madrid en 2012 a los 89 años.

[2] Alcalde de Benidorm entre 1950 y 1967, crearía el Festival de la Canción en 1959. En 1966 sería nombrado presidente de la Diputación de Alicante y en 1970 director general de Actividades Turísticas, para, posteriormente, ser nombrado gobernador civil de Guadalajara.
[3] Samuel Rubio Herrero había sido anteriormente secretario del Ayuntamiento de Maranchón.
[4] “Flores y Abejas”, 25 de mayo de 1976.
[5] Raúl Santos Viana, nacido en Sigüenza en 1946 e hijo del también pintor Fermín Santos, se destacaría especialmente como pintor de paisajes urbanos, obteniendo a lo largo de su carrera números premios y distinciones. Gran parte de su obra y de la de su padre pasaría a manos del Ayuntamiento de Sigüenza en 2015, al ser donada por su viuda.

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