NOTICIA SOBRE EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE PRISIONEROS DE MARANCHÓN TRAS LA GUERRA CIVIL (1936-1939)

 


                Hace ya casi cuatro años, en junio de 2020, al escribir el artículo titulado “La Guerra Civil en Maranchón (1936-1939)” en este mismo blog (clareshistoria.blogspot.com/2020/06/la-guerra-civil-en-maranchon-1936-1939.html), hacía referencia de esta manera a la instalación provisional de un campo de concentración de prisioneros en Maranchón al acabar la contienda:

Unos días después (de concluir la guerra el 1 de abril de 1939), el sábado día 8, el Boletín Oficial del Estado publicaba una Orden del 5 del mismo mes donde se otorgaba la asimilación al grado de Alférez Médico a ciertos hasta entonces Brigadas-Practicantes. Entre ellos figuraba Ángel Linaje Hoyo [1], quien en servicio en el Puesto de Socorro y Clasificación de la División 63, pasaba a ser destinado al Campo de Concentración de Prisioneros de Maranchón, en el Ejército de Levante.

No hemos podido obtener ninguna otra noticia o referencia, ni siquiera recuerdos de los vecinos más mayores consultados, sobre la existencia de un campo de concentración en Maranchón, ni del lugar en el que habría estado ubicado, tal vez la plaza de toros, ni del número de prisioneros que pudo llegar a albergar. Lo que sí parece claro es que este campo debió ser utilizado simplemente como lugar de reunión provisional de prisioneros republicanos durante escaso tiempo, unos meses como mucho, antes de ser trasladados hacia otros campos de concentración estables o cárceles próximas [2]".

Esto es todo lo que conocíamos y, hasta ahora, seguíamos sin tener más noticias sobre dicho campo de concentración. Pues bien, hace tan solo unas semanas y tras una conversación casual durante unas jornadas sobre Caminos y Vías Pecuarias realizadas en Maranchón en las que participé, una persona  se puso en contacto telefónico conmigo para comunicame que un tío suyo, ya fallecido, le había contado que al finalizar la guerra había estado prisionero en este campo de concentración.

Ya muy avanzada la guerra, Primo Morcillo Mesas, que así se llamaba su tío, nacido el 5 de octubre de 1905 en el pueblo albaceteño de El Ballestero, fue movilizado por la República para incorporarse a su ejército [3], siendo destinado a la provincia de Guadalajara. Nada más acabar el conflicto, como multitud de soldados republicanos aislados, Primo fue detenido por las fuerzas nacionales y conducido en su caso al campo de concentración de Maranchón. Según recordaba de lo que le contó, su sobrino me manifestaba que este campo se ubicaba “en un corral cerrado”, que según él bien pudiera identificarse con la plaza de toros, como yo suponía. Allí, los prisioneros serían identificados e interrogados uno por uno. A Primo le preguntaron por su lugar de procedencia, contestando que era de El Ballestero. Entonces, de manera sorpresiva para él, le preguntaron por el autor del asesinato del cura del pueblo. Extrañado, contestó la verdad: que al cura de su pueblo no lo había matado nadie, y que seguía viviendo allí, como lo había hecho durante toda la contienda. Primo fue creído, le extendieron un salvoconducto y fue puesto en libertad, regresando a su pueblo [4]. Según él, en el campo de Maranchón quedaron detenidos muchos soldados cuando él partió.

Como curiosidad, Maranchón le pareció a Primo un pueblo muy atrasado y más pobre que El Ballestero [5].

Con las declaraciones de este testigo, que vivió en primera persona su internamiento en él, hoy conocemos un poco más del "misterioso" campo de prisioneros de Maranchón.

También en relación con la guerra y Maranchón, su sobrino  recordaba además que su suegra le había contado que en El Ballestero se había refugiado durante el conflicto una joven “evacuada de Maranchón, resolutiva y lista”, de la que no recordaba su nombre, y que se ganaba la vida ayudando en las tareas domésticas. Al parecer, siguieron escribiéndose después de la guerra.

©2024. Antonio Bueno Tabernero.

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Mi particular agradecimiento a T. Morcillo, quien me facilitó los datos aquí narrados.

NOTAS:

[1] Al estallar la guerra era estudiante de medicina, siendo incorporado al ejército con el grado asimilado de brigada practicante. Sería licenciado como alférez médico en septiembre de 1939.

[2] Según refiere Hernández de Miguel en su libro “Los campos de concentración de Franco”, los primeros 740 prisioneros que llegaron a finales de marzo de 1939 al pequeño campo habilitado en el monasterio de Santa María de Huerta procedían de los recintos concentracionarios de Guadalajara y Maranchón.

[3] El 28 mayo de 1938 fueron llamados a filas los reemplazos de 1925 y 1926. Primo Morcillo contaba entonces con casi 33 años.

[4] Probablemente, con esta pregunta querían comprobar que Primo era realmente de El Ballestero y que no mentía, pues sus interrogadores seguramente conocían que su párroco continuaba vivo.

[5] En 1940, Maranchón contaba con 1168 habitantes censados, mientras que el Ballestero tenía 1630.

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