La Legión Azul. Un artículo de la Guerra Civil.
A continuación reproducimos un curioso artículo aparecido en la revista gaditana "Gente Conocida" en 1937, en plena Guerra Civil. Esta revista trimensual o decenal ilustrada fue sacada a la luz por el poeta modernista gaditano Eduardo de Ory y Sevilla (1884-1939). Su intención era hacer una publicación “amena e instructiva”, que abarcara “toda las modalidades modernas: literatura, sociedad, cinematografía, deportes”, tal y como el entendía que debería ser un “periódico de actualidad”. Cada publicación se componía de dieciséis páginas por entrega, de las que más de un tercio eran ocupadas por anuncios publicitarios. La revista debió desaparecer pronto, pues Ory fallecería el 22 de marzo de 1939 tras sufrir una trombosis de la que no se recuperó.
Este artículo es un claro ejemplo de la prensa propagandística del bando nacional donde se exalta el patriotismo y la laboriosidad de las maranchoneras afiliadas a la Falange. En él se vislumbra claramente el papel al que quedaría relegada la mujer socialmente en la España franquista, tras la contienda.
Este artículo es un claro ejemplo de la prensa propagandística del bando nacional donde se exalta el patriotismo y la laboriosidad de las maranchoneras afiliadas a la Falange. En él se vislumbra claramente el papel al que quedaría relegada la mujer socialmente en la España franquista, tras la contienda.
Desde Maranchón
LA LEGIÓN AZUL
LA LEGIÓN AZUL
En cada ciudad, en cada pueblo, en cada aldea, al revolver de cualquier recodo geográfico, en los valles y en las montañas, hallaréis al paso de vuestro ajetreo bélico (en ese ir y venir incesante a que nos obligan como hombres las guerras), como ramilletes perfumados de violetas, con el color recatado de la modestia, legiones azules de muchachas uniformadas, laboriosas y bellas, cuya feminidad fragante tiembla y estalla bajo las blusas falangistas, incitando su juventud al yugo del amor con las flechas inflexibles de sus agudas miradas.
La actual Reconquista de España ha hecho el milagro de convertir en mujercitas serias y trabajadoras, muchas muñequitas frívolas, incapaces antes de la guerra de nada que no fueran mohines adorables y cotilleos de sociedad. Aun más, ha hermanado el afán común en auténtica democracia a las clases aristocráticas, a las ricas burguesas, a la zona media y a las muchachas artesanas. Unidas en el dolor y en una esperanza común — Dios, Imperio, Pan y Justicia— llenan los círculos femeninos de F. E. y laboran sin tregua por los que cara al sol y bajo las estrellas vigilan arma al brazo en este glorioso amanecer de primavera.
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