Cuando Clares fue de Tajuña.
Cuando la gente de mi
alrededor me pregunta que de dónde soy, yo siempre contesto de que Clares,
aunque realmente mi lugar de nacimiento sea Zaragoza. Instintivamente, la reacción del que pregunta es siempre la
misma: “¡ah, de Clarés de Ribota!. “No, de Clares, sin acento en la e y a
secas”, respondo. Y es que casi todos confunden mi Clares, en Guadalajara, con el Clarés de Ribota cercano a
Calatayud.
Sin embargo, mi Clares, aunque nadie hoy lo recuerde,
no siempre se llamó igual. Así que, recuperemos la memoria…
En el primer documento escrito
conservado en el que se hace referencia a Clares, fechado en el año 1197, con
motivo de la concordia alcanzada entre el obispo de Sigüenza D. Rodrigo y
numerosos clérigos de la diócesis de Medinaceli, que tras haber cometido
presuntos excesos habían sido excomulgados, el nombre de nuestra pequeña aldea
aparece, tal y como hoy lo conocemos, junto a la firma de su clérigo de esta
forma: “Ego, Dominicus, clericus de
Clares subscribo” (Yo, Domingo, clérigo de Clares, firmo)...
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